El 25 de mayo de 1987, hace 19 años, un grupo de personas amantes de los caballos y los deportes ecuestres decidió formar la Escuela de Equitación Puerto Madryn. La misma se inscribió bajo personería jurídica como el “Club Hípico Irineo Leguizamo”, en unas tierras cedidas en carácter de préstamo por el Club Madryn (lugar conocido como “El Indio”). De este modo comenzó a conformarse el Club Hípico Puerto Madryn. El 30 de mayo de 1989, la Municipalidad de Puerto Madryn donó tres hectáreas, las que comprenden el predio actual.
Corría el año 1989, cuando se construyeron las primeras veinte caballerizas y se plantaron algunos árboles.
El 1 de abril de 1991, bajo personería jurídica Nº 1249, se concreta y se reorganiza la institución sin fines de lucro, que ayudara a fomentar la equitación y al mismo tiempo cumpliera una función útil dentro de la sociedad, donde lo denominaron Club Equitación Puerto Madryn.
Una propuesta visionaria y progresista, para la actividad hípica de aquellos años, fue la creación de la enseñanza del arte de la equitación que, con mucho esfuerzo, se logró que funcionara hasta nuestros días.
Construyendo el futuro
Poco a poco, pero con mucho esfuerzo por parte de los socios que pasaron por la institución, se fueron construyendo otras veinte caballerizas, setenta corrales, las pistas y se plantaron muchísimos árboles en aquel solitario y árido lugar. Al mismo tiempo se realizaban los primeros concursos internos.
Más tarde, llegaron los torneos interprovinciales y la afiliación a la Federación Ecuestre Argentina, como así también las primeras clínicas y el concurso oficial de salto para seleccionar jinetes para el exterior. Prestigiosos jinetes locales dieron sus primeros pasos en esta institución.
Hoy, el Club de Equitación Puerto Madryn promueve y estimula la actividad con caballos y equipos propios puestos a disposición de la gente. Su actividad ha crecido deportiva y socialmente, obteniendo logros más que significativos tanto en lo deportivo como en el plano provincial y nacional, muchos de sus jinetes y amazonas continúan desarrollando este deporte fuera de la ciudad.
Hoy también, integrantes de la institución portuaria integran parte de la comisión directiva de la entidad rectora del deporte a escala nacional, la Federación Ecuestre Argentina.
El Club Equitación Puerto Madryn, enclavado en un sitio privilegiado, cuenta con ciento veinte lugares para alojar caballos, vestuarios, restaurante, una pista principal de 200 m2 y una pista con obstáculos naturales a la que suma una importante vegetación, hermoso paisaje con vista al mar; la tranquilidad reinante en el lugar -ubicación en el área recreativa zona Sur- hacen de este club un lugar espectacular.
Un trozo de historia
Rumbo a su vigésimo aniversario, aún resta por conocer fehacientemente la fecha exacta de la creación del Club de Equitación Puerto Madryn. Se sabe que en mayo de 1987 formaron la Escuela de Equitación Puerto Madryn, aunque recién en 1991 comenzó su actividad constante en el Circuito Patagónico y en la competencia nacional.
Eduardo Trevisan, por casi diez años, fue parte de las distintas comisiones del Club de Equitación Puerto Madryn. Había llegado a la institución en el año 1989 para “despuntar el vicio” de andar a caballo; actividad que le encantaba, pero que nunca pudo practicar, ya que de lleno se puso a trabajar en la institución para un mejor desarrollo.
Hoy, Eduardo Trevisan es el único “Socio Honorario” del club que mantiene relación con la actividad, considerando que varios mandatarios políticos y hasta el mismo monseñor de la diócesis de Comodoro Rivadavia, Gustavo Miatello, cuentan con este honor, pero alejados del deporte ecuestre en la actualidad.
Recordando los inicios de la actividad, Eduardo dice: “Yo me arrimé al club en el año 1989, después de ver frecuentemente notas de equitación en el diario local. En aquel momento se iniciaba la actividad y reflejaban que se acercaba mucha gente… y así era. En un tiempo fue impresionante la cantidad de gente que se acercó al club, muchos de buen pasar económico. Por mi afinidad con los caballos decidí ir al club y hacerme socio. En aquel momento el club estaba en una zona de médanos, cercano al ex Camping Municipal. Allí un grupo de gente había construido unas casillas de maderas con una pequeña pista donde ni se hablaba de saltos, sólo era ir a dar una vuelta a caballo. Un día paso de vuelta por aquel lugar y no estaba más el club; por los diarios me enteré que se habían trasladado. Hice un par de intentos y no lo encontré hasta que fui por tercera vez. Allí estaba… donde está actualmente. Me encontré con un lugar totalmente desierto aunque ya tenía construido diez boxes. Al tiempo, gente de la comisión del club me invitó a formar parte de la misma. Así arrancó mi vida como dirigente del club”.
El inicio del trabajo
Eduardo continúa el relato. “A principios de 1990, la comisión consigue la cesión de las tierras por parte del municipio a cambio de: forestar, alambrar el sector, crear una escuela de equitación, construir una sede y otras cuestiones. Habían quedado dos sectores en el club donde, hasta ese momento, no se habían cumplido con lo pactado con el municipio y estaba en riesgo la cesión de las tierras.El 1 de abril de 1991, después de largas conversaciones, se incorpora al club un grupo de personas: Carlos Pascuariello, Antonio Fanego, Miguel Fernández, Jorge Litvak y yo. Empezamos por gestionar una prórroga ante el municipio para que no perder las tierras. Internamente se aplicó una política de unión para que todos sigamos hacia adelante. El club no tenía estatuto aprobado, ya que en la sección de Personería Jurídica se habían presentado dos estatutos de la misma institución. Luego de sacar el estatuto, tuvimos la personería jurídica y ya con un poco más de seriedad pudimos comenzar poco a poco”.