El alicantino Artur Balder, afincado en Nueva York, lo escribió a ratos en la biblioteca del Paseíto Ramiro, donde le gustaría volver para escribir su nueva obra para el público juvenil. ¿Es fácil enganchar a los jóvenes en una historia del siglo VIII, ahora que con Internet todo sucede en tiempo real?.
El público juvenil es a la vez muy agradecido y muy duro. Nada es fácil en la literatura en estos tiempos que corren, donde el entretenimiento gratuito gana por goleada a una tentativa que a la par de entretener, tiene que ser capaz de ofrecer una formación y un enriquecimiento fundamentales en el futuro adulto que es el adolescente. No basta con la tecnología, y muchos padres y profesores recomiendan el hábito de la lectura porque es insustituible.
Harry Potter, El Señor de los Anillos, La piedra del monarca… ¿es un buen momento para las historias fantásticas?
Siempre es un buen momento para una historia fantástica. Llevamos miles de años enganchados a las historias fantásticas: el origen de los cuentos está en los mitos, y soy de la opinión de que los cuentos tradicionales son mitos que se alejaban de la cosmogonía para aproximarse al gusto del pueblo.
Ha vendido 120.000 ejemplares de su saga sobre Curdy. ¿El público juvenil es más o menos exigente que el adulto?
En mi opinión es más exigente. Además, siempre apuesto por el lector inteligente, por el profesor audaz o por el padre curioso que se atreve a evaluar la literatura que ha de recomendar a sus hijos. Con ello creo que me he ganado un público lector de nivel medio-alto, que a su vez es más consciente de lo que lee, y que es más fiel a sus autores favoritos.
¿El secreto está en contarles historias como si fueran adultos o las reglas de la literatura juvenil deben ser diferentes?
Son diferentes. Por ejemplo, en el caso de la saga de Curdy, hay un antes y un después de la aparición de un personaje que es un demonio, cuyo lenguaje es muy atrevido, pero cuyo cinismo es muy apto para juzgar los tiempos modernos. La calidad literaria nunca está reñida con la audacia que requiere una historia para adolescentes.
¿Qué libros leía usted de niño?
Lecturas muy diversas. Tengo recuerdos impenetrables, pero mágicos, de las lecturas de poesía en clase, especialmente de Pablo Neruda y de nuestro Miguel Hernández. Pienso que leer poesía es fundamental para el desarrollo del niño, aunque no la entienda. Aparentemente no comprenden una parte del concepto, pero los grandes poetas generan un desafío estructural para las áreas del lenguaje que influye enormemente en el desarrollo del cerebro y de la imaginación. En prosa, guardo recuerdos invaluables de las lecturas del gran Azorín, autor de nuestra tierra de un enorme valor para la historia de la literatura española.
¿Qué tiene Nueva York que le atrapó hace años?
Nueva York es una ciudad grande y compleja, con una rica cultura urbana que es consecuencia de los variados movimientos migratorios que la ocupan. Eso le da un valor añadido como escenario. Vivo en Manhattan, pero al mismo tiempo necesito pasar más tiempo en España y especialmente en Alicante. Adoro nuestras montañas, nuestra comida y me gustaría volver a la biblioteca del Postiguet a escribir mi siguiente obra para chavales, porque era allí, en la sala juvenil, donde leía docenas de libros y me sentaba a escribir en muchas ocasiones, con algunos de mis amigos, pasando tardes inolvidables, cuando revisaba los primeros capítulos de La piedra del monarca.
¿Y cómo se ve la crisis en la distancia?
En EE UU, como en general en el mundo anglosajón, se siembra la sensación de que España va a derrumbarse de un momento a otro y se genera un ambiente de acoso en los mercados que espanta la inversión internacional en el país. No hay semana que el Financial Times no lance una amenaza de terror sobre la economía española.
¿Quién cree que presidirá España a partir del 20-N: Rajoy o Rubalcaba?
Desgraciadamente, no tengo la sensación de que ninguno de los dos tenga la solución debajo del brazo. Preferiría que existiesen más opciones reales para el cambio.