Los meteoritos han causado diversas catástrofes en la historia, pero las actuales profecías apocalípticas no tienen rigor científico. Diversas profecías de moda señalan inminentes llegadas de grandes meteoritos o asteroides, capaces de causar una extinción masiva. Los programas científicos de observación de estos cuerpos estelares desbaratan estas predicciones apocalípticas. No obstante, los investigadores reconocen que estos cuerpos
estelares han provocado grandes catástrofes en la historia del planeta y, por ello, no les quitan el ojo. Pero los meteoritos no solo se estudian por sus riesgos: ofrecen información muy valiosa sobre el origen de la vida, las explosiones de estrellas o la formación de planetas y han influido en la historia de la humanidad y en su desarrollo científico-tecnológico.
¿QUÉ PELIGRO TIENEN LOS METEORITOS?: La cantidad de partículas procedentes del espacio (meteoroides) que entran en la atmósfera es considerable: se estima que unas 200.000 toneladas anuales. Sin embargo, en su mayoría son muy pequeñas, de unos pocos miligramos, y se depositan de forma suave en la atmósfera. Muchos objetos de baja consistencia se fragmentan en la atmósfera y se transforman en polvo antes de llegar al suelo, pero algunos cuerpos de dimensiones apreciables llegan a él: son los famosos meteoritos. Como término medio, en un año se ven caer una docena de ellos. La Meteoritical Society se encarga de catalogar la caída y el descubrimiento de meteoritos a nivel profesional. Este organismo reconoce en España 23 caídas de meteoritos junto a otros cinco encontrados sin que se conozca con exactitud la fecha de caída, señala Josep M. Trigo-Rodríguez, científico titular del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC) y miembro fundador de la Red Española de Meteoritos y Bólidos que contribuyó a la recuperación de las dos últimas caídas: Villalbeto de la Peña en 2004 y Puerto Lápice en 2007.
EL RIESGO MÁS GRANDE LO REPRESENTA UN ASTEROIDE TIPO DE ENTRE UNO Y DOS KILÓMETROS: Por suerte, los impactos grandes son muy poco comunes, según las estadísticas. Los meteoritos capaces de destruir una ciudad (con una energía explosiva del orden de 100 millones de toneladas de TNT), chocan apenas una vez por milenio. Destructores de regiones más amplias, con una potencia similar a 100.000 millones de toneladas de TNT, ocurren una vez cada cien milenios. Por su parte, los destructores de civilizaciones, con una potencia de uno 100 trillones de toneladas de TNT, suponen una media de una vez cada 10 millones de años. Los objetos de hasta decenas de metros de diámetro pueden ocasionar un daño local severo, pero no representan un peligro a escala global. Los estudios han mostrado que el riesgo más grande lo representa un asteroide tipo de entre uno y dos kilómetros, con potencia devastadora similar a varias decenas de miles de millones de megatoneladas de TNT. En caso de impactar contra la Tierra, sería capaz de perturbar el clima a escala global y ocasionar una extinción masiva de seres vivos. Algunos de estos impactos apocalípticos han sucedido hace millones de años. Uno de los más conocidos es el que se cree que provocó la extinción de los dinosaurios, hace unos 65 millones de años, al final del periodo Cretácico. Aunque el debate científico sigue en pie, la teoría más asentada se refiere a un asteroide de unos 10 km de diámetro que impactó en la península del golfo del Yucatán (México). Y hay fuertes indicios de que hace 250 millones de años desapareció en un breve espacio de tiempo el 90% de la vida marina y el 70% de la vida terrestre. Ante este panorama, los científicos realizan búsquedas exhaustivas con telescopios para localizar posibles enemigos. Se ha descubierto ya un buen porcentaje de los denominados NEA, «Asteroides Cercanos a la Tierra», mayores de un kilómetro de diámetro. Según los responsables del programa, ningún asteroide conocido está en curso de colisión con la Tierra. Por ello, los científicos critican los cada vez más frecuentes bulos que alertan de inminentes choques apocalípticos. Desde 2002, España cuenta con laSpaceguard Spain, integrada por científicos de diversas universidades e instituciones dedicadas al estudio y seguimiento de estos asteroides.
GRANDES IMPACTOS RECIENTES: La historia reciente recuerda algunos eventos destructivos. En 1908, un impacto sucedió al Este de Siberia, en una remota región de bosques cerca del Río Tunguska. La energía explosiva liberada fue equivalente a unos 15 millones de toneladas de TNT, mil veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima. En 1930, un gran meteorito explotó sobre el Amazonas en un área remota del Río Curuçá, con una fuerza 10 veces mayor que el de Tunguska. La explosión se escuchó a una distancia de 90 kilómetros, y ocasionó un terremoto de magnitud 7 que se detectó en la capital de Bolivia, La Paz, a más de 2.000 kilómetros. Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA.