¿CÓMO SE PRODUCEN LOS METEORITOS?

En el espacio interplanetario hay multitud de partículas, denominadas meteoroides (producidas de manera principal por la degradación de asteroides y cometas), que en su periplo espacial pueden encontrarse con la Tierra. En tal caso, la masa del meteoroide se transforma en luz y calor en pocas décimas de segundo, a causa de su gran velocidad, de entre unos 11 y 72 km/s, y del brusco rozamiento con las moléculas de la estratosfera.

 Cuando la luminosidad del fenómeno es similar a la de las estrellas recibe el nombre de meteoro, palabra que significa «fenómeno del cielo». Son las estrellas fugaces. Los meteoroides son por definición menores de diez metros, para distinguirlos de asteroides y cometas. Si sobreviven a su encuentro con la atmósfera y alcanzan la superficie del planeta en un fragmento apreciable, reciben el nombre de meteorito. El estudio de los bólidos permite conocer el origen de los meteoritos en el Sistema Solar. Desde hace 20 años se han recuperado más de 25.000 meteoritos. La mayoría de estos meteoritos viajan por el Sistema Solar. Pueden recorrer enormes distancias, pero también se han recogido algunos procedentes de la Luna o Marte. En cuanto a su composición, hay tres clases principales: rocosos, metálicos y metalorocosos. La variedad rocosa es la más común con un 92%. Un 7% es metálico (sobre todo hierro y níquel), mientras que el 1% restante son metalorocosos. A pesar de ello, los meteoritos metálicos son los más abundantes en las colecciones, por ser más fáciles de reconocer. Algunos de los meteoritos rocosos, conocidos como condritas, son más antiguos que los propios planetas, porque se formaron antes.

DESDE HACE 20 AÑOS SE HAN RECUPERADO MÁS DE 25.000 METEORITOS: Los asteroides se consideraron pequeños planetas, de ahí que los astrónomos anglosajones los llamen planetas menores. Su nombre se debe a que desde la Tierra parecen estrellas. En 1801, el astrónomo siciliano Giuseppe Piazzi descubrió el primer asteroide, Ceres: es el más grande conocido, con unos 1.000 km. de diámetro. La mayor parte de los asteroides conocidos giran alrededor del Sol, cada tres a seis años, entre Marte y Júpiter, en el denominado Cinturón de asteroides. Algunos de ellos tienen órbitas muy excéntricas que los llevan a pasar cerca de la Tierra de vez en cuando. En esta zona del Cinturón, los asteroides se encuentran separados, en algunos casos con grandes espacios vacíos a causa de la influencia del gigante Júpiter. Por ello, se cree que las naves espaciales podrían atravesarlo sin peligro, y de hecho, media docena de sondas ya han pasado sin problemas. La gravedad de Júpiter evitó que los cuerpos presentes en el cinturón principal fuesen incapaces de agregarse para formar un planeta. Al principio los asteroides se denominaron con personajes femeninos de la mitología griega y romana, pero pronto la Unión Astronómica Internacional optó por nombres de ciudades y países, personas famosas y otros conceptos como razas, géneros de animales y plantas. Barcelona o el Señor Spock de Star Trek han dado nombre a asteroides. Los cometas, cuyo diámetro oscila entre pocos cientos de metros hasta decenas de kilómetros, son grandes bolas de polvo y hielo de agua, metano, amoníaco y otros compuestos volátiles, y surgieron en una zona exterior del Sistema Solar. El polvo contiene grandes cantidades de compuestos orgánicos complejos. A diferencia de los asteroides que reflejan solo la luz solar, los cometas desarrollan grandes cabelleras cuando se acercan al Sol: al calentarse, los hielos subliman, desprenden partículas sólidas y gases y forman los diferentes tipos de cola. Cuando se alejan disminuye la emisión de gases y polvo, y la cola desaparece. Cada año se descubren más de una decena de cometas nuevos con la ayuda de telescopios, puesto que en general son pequeños y poco luminosos. En general, la órbita de los cometas es mucho más alargada que la de los planetas, aunque hay algunos que no superan nunca la órbita de Júpiter y otros que se alejan tanto que abandonan el Sistema Solar.