Estancada en los últimos años, sus defensores la presentan ahora como una solución al cambio climático y a la dependencia de los combustibles fósiles. Según sus defensores, la energía nuclear permite un desarrollo sostenible, ya que evita la emisión de gases contaminantes como dióxidos de azufre y nitrogenados y GEI, que sí producen las centrales térmicas de carbón y gas natural.
Asimismo, defienden, el coste de generación de la electricidad de origen nuclear es el más bajo después de la hidráulica. Por otra parte, la cada vez mayor dependencia energética de los países europeos -en la actualidad por encima del 50%, que llega al 85% en España- es otra de las principales razones de la reactivación del debate a favor de la energía nuclear. Por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía recomienda a la UE en su informe «Perspectivas Energéticas Mundiales» reconsiderar la nuclear como una alternativa viable para contribuir a un escenario menos dependiente energéticamente y menos contaminante. Con la generación actual de energía nuclear se pueden evitar 500 millones de toneladas de CO2, entre el 15 y el 20% de las emisiones de la UE. El Consejo Mundial de la Energía (CME), integrado por representantes del sector público y privado de 90 países para «promover el abastecimiento y uso sostenible de energía en beneficio de todos», se posiciona de manera similar en unreciente informe, en el que subraya que es «indispensable» la apuesta de Europa por las nucleares, como una alternativa al «encarecimiento de la electricidad» y para limitar el calentamiento global. El informe concluye que con la generación actual de energía nuclear se puede evitar la emisión de 500 millones de toneladas de CO2 (anhídrido carbónico), lo que supone entre el 15 y el 20% de las emisiones de la UE. En cuanto a las posibilidades de que haya un nuevo accidente como el de Chernobil, el director del informe, Alessandro Clerici, ha asegurado que son «muy, muy bajas» y que con la tercera generación de reactores que se empieza a desarrollar es «100 veces más difícil» y se genera «100 veces menos desperdicios porque son más eficientes». Los responsables del CME señalaban también que el desarrollo de la energía nuclear puede convivir con las energías renovables, pero creen que éstas últimas no pueden suplir por sí mismas las necesidades actuales de energía. En esta misma postura mixta, se encuentran expertos como Carlo Rubbia, Premio Nobel de Física en 1984. Según este científico italiano, en cuarenta años se agotarán las reservas de petróleo, gas natural y también de uranio, el principal combustible de las centrales nucleares. Sin embargo, la energía solar, la biomasa y las fuentes nucleares alternativas, como el torio, podrán suplirlas para abastecer de energía a los 10.000 millones de personas que habrá en 2050. En cuanto a la seguridad de las centrales nucleares, Eduardo González afirma que se diseñan de manera «robusta y segura», y se encuentran entre las instalaciones industriales mejor protegidas. «El concepto básico de seguridad nuclear se basa en el principio de barreras múltiples colocadas en serie entre los productos radiactivos y el medio ambiente», explica. Respecto a los residuos radiactivos, el responsable del Foro Nuclear asegura que «están perfectamente vigilados, financiados, controlados y gestionados por profesionales cualificados y, de esta forma, no perjudican a la población ni al medio ambiente. Por otro lado, se siguen realizando investigaciones que avanzan en la reutilización del combustible gastado en otras centrales y la reducción de su radiactividad y volumen».