MARCELO OJEDA: QUE NO TRIUNFE LA APARIENCIA POR SOBRE LA EXPERIENCIA

EL COCTEL ADECUADO, Las elecciones están a la vuelta de la esquina, sólo la esperanza soporta la dilatación de la espera y la decantación tiene vencimiento, sobretodo cuando las personas hacen de fichas en este juego. El control derrapa de tanta especulación consecuencia de esta competencia de quien ríe primero pierde. En estos momentos es donde aparece sobre la barra el cóctel adecuado, y no significa aburguesarse, no, es la palabra justa resultado de la perfecta combinación de las medidas; paciencia, sabiduría, discreción, amor propio, certeza, trabajo, honestidad, sentido común y finalmente y de la mano perfil bajo y humildad. Nuestro líder es natural y no por imposición. No cae del cielo ni de imprevisto; está entre nosotros hace décadas esperando desatar todo su potencial en beneficio claro de sus conciudadanos. Pero en la Argentina parece que nadie esta dispuesto a realizar una carrera como era costumbre, prefieren en cambio comenzarse arriba para abajo quemando etapas y pagando las consecuencias cuando se queda sin piernas y comienza a faltarles el aire. Sorpresa!, vuelven a tener oportunidades los oportunistas, esos que si no fueron eficientes porque van a hacerlo ahora. “Será solo un señuelo”. Igual no nos dejemos envolver, que no triunfe la apariencia por sobre la experiencia. ¿Qué nos pasa? Calmaos, los días van a poner todo en su lugar, los días y los pactos harán justicia. Bueno, basta de mirar al costado, miremos un poco hacia la otra vereda, ya dijo el General que es mejor en plena batalla no estar muy pendiente de lo que hace tu compañero, te distrae y te liquida el enemigo que tenes enfrente. EN NUESTRA CIUDAD SE AVECINA UNA NUEVA ALIANZA y no es para los dedos. En un acto masoquista están convencidos de poner la otra mejilla, luego de la terrible cachetada de dos mil uno. Sin ofender, desde que tengo uso de razón no he visto finalizar un mandato Radical o de una Alianza. Últimamente fracasan estrepitosamente en varios factores y el económico termina siendo siempre el detonante de resonantes estallidos sociales. En definitiva le das una Ferrari y a menos de sesenta se despistan en la primera curva.