Así, la guerra de egos derrotada asomaría sus trapos blancos

ESE CONTAGIO EFÍMERO

Por MARCELO OJEDA, A veces la victoria nos nubla la vista de alegría pero un triunfo exige una nueva responsabilidad y compromiso. Razones sobran para caer en la comodidad de los aduladores que atrapan hasta el más aplicado. Hace apenas días vivimos el Bicentenario y el pueblo en su totalidad se contagio efímeramente de un patriotismo celeste y blanco. Se consumo una victoria espontánea, una victoria sin contendientes. Y los festejos tomaron las calles. Igual que un mundial pero sin pelota. Si algo de eso perdura estaríamos frente a un nuevo escenario, si nos quisiéramos un poquito más y dejáramos los rencores de lado y así, la guerra de egos derrotada asomaría sus trapos blancos, que lindo seria si nos quisiéramos un poquito más ¿no?.

MARCELO OJEDA