Cámara Naval e Industrial de la Patagonia, unida a la ABIN

servicio-sector-naval-04La ABIN y la Cámara Naval e Industrial de la Patagonia, una unión estratégica, Martes 3 de Diciembre, 2019. En el año en que la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN) conmemora sus primeros quince años, la inauguración de su sede en el pasado mes de junio y ahora la conformación de la Cámara Naval e Industrial Patagónica se convierte en otro motivo de festejo, pero también de más compromiso y más acción, según expresaron. Desde las provincias de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego la industria naval ya es una.

En Argentina, la gran mayoría de los talleres navales y de los astilleros de la industria naval pesada se encuentran hoy básicamente localizados en la Provincia de Buenos Aires. Por eso, la ABIN podrá considerarse como una entidad de nivel regional, pero, más allá de lo administrativo, en los hechos se convierte indudablemente en una institución de alcance nacional. Es que sus más de 40 empresas asociadas (astilleros, talleres, proveedores y estudios navales, tanto del sector pesado como liviano argentino) no sólo radican en el territorio bonaerense sino también fuera del mismo, además de los acuerdos que tiene con entidades pares de Uruguay, Brasil etc., con entidades educativas universitarias, y el propio Convenio Colectivo de Trabajo Nro. 696 que mantiene con el Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval de la República Argentina (SAONSINRA).

El Lic. Miguel Angel Sánchez, actualmente Vicepresidente I de ABIN, manifestó: “cuando fundamos la ABIN, a la vez definimos otros objetivos. Entre ellos, éste de constituir una entidad también en la región patagónica. Nunca bajamos los brazos, pero tampoco nunca cedimos nuestras convicciones y nuestro compromiso con éste sector industrial. Nosotros cumplimos, hacemos, vamos. Defendemos sin fanatismos, participamos sin especulaciones, hacemos sin mezquindades. Por eso, como institución estamos muy sólidos y desde esa base podemos trabajar mejor. Por eso, hoy estamos muy contentos, aunque no satisfechos. Es que hay mucho por hacer aún. Esto, no hubiera sido posible sin la valiosa participación del SAONSINRA. También la interrelación con las universidades sigue siendo fundamental para nosotros, en especial con las facultades regionales de la UTN, y, en éste caso, la Regional Chubut. A todos ellos les estamos muy agradecidos, y seguiremos trabajando en equipo y con respeto mutuo. Hoy más que nunca las industrias nacionales debemos concretar y profundizar la alianza empresa-educación / educación-empresa, tenemos que desarrollar nuestra acción junto a los sectores de la investigación, la innovación y las tecnologías. Somos nosotros, desde el sector empresario, quienes tenemos que dar el primer paso en firme hacia las universidades y luego creer, crear y crecer conjuntamente”.

Para Sánchez “la Cámara Naval e Industrial de la Patagonia no es una cámara más, sino que es la entidad que necesita una región tan amplia como tan rica como ésta. Es una entidad que ya nace legitimizada por la trayectoria de cada uno de sus actores, empresas patagónicas, particularmente madrynenses, con más de 30 años de experiencia, caracterizadas por la calidad de sus recursos humanos, sus productos y servicios. Hoy, dos regiones, la bonaerense y la patagónica, y un mismo sector industrial, el naval, nos unimos persuadidos de que somos parte de las soluciones que el país demanda. Ahora, Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur somos un mismo espacio con mucho para dar y con mucho por hacer”, afirmó.

Con respecto a la cuestión regional, expresó: “no sólo por su litoral marítimo sino también por sus espacios lacustres y su interrelación con otras áreas y zonas mediterráneas, la Patagonia es esencial por su valor estratégico y geopolítico para el país, para sus industrias en general y para la industria naval en particular. Aquí también la cadena puertos, vías navegables, logística e industrias cobran un valor singular. Comprender debidamente la base logística, productiva y de servicios que representa un estado como la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, ubicada en espacio inter fronteras vital, con espacios soberanos aún colonizados, con la Antártida y todo su potencial, con un país limítrofe como Chile y en la zona de unión de los dos océanos más importantes del planeta, la convierten en uno de las áreas más apreciadas del planeta por sus recursos ictícolas, energéticos y mineros, entre otros”.

A la vez, agregó: “además, es inexcusable dimensionar debidamente la importancia que tienen provincias como Chubut, Río Negro y Sana Cruz, desde la Cordillera de los Andes hasta el Mar Argentino, con sus respectivas proyecciones y potencialidades, con sus sistemas de vinculación trasandina, etc. Chubut no sólo es una provincia, es una oportunidad. Sus riquezas no sólo están a la vista sino también son invisibles, aunque no inexistentes en su tierra, en su mar, en sus lagos y ríos. En éste contexto entonces, la clave está en integrar regiones y no sólo provincias, las cuales responden más a criterios de ordenamiento político territorial antes que a cuestiones productivas y geopolíticas básicas. Para integrarnos, necesitamos comunicarnos a través de vías y medios útiles. Ningún medio de transporte debe estar excluido pero el transporte marítimo cobra aquí un rol decisivo para las ciudades, los puertos y las pymes regionales”.

Finalmente, consultado sobre las principales demandas del sector industrial, contestó: “nuestra principal necesidad es que Argentina sea un país sin hambre y sin pobreza. Para lograr esto, todos, sin excepción, debemos aportar nuestras capacidades y potencialidades. Entre ellos, los sectores de la producción debemos hacernos cargo de generar inclusión, empleo, educación e inversiones, mientras que desde los gobiernos deben proveernos de las herramientas mínimas para competir, porque competir no sólo cuestión de las empresas. También es cuestión de los sindicatos y del sector público. Solamente así, viendo la competitividad como un sistema integrado e integrador podremos comenzar a superar la grave situación social, educativa y cultural que atraviesa nuestro país”.

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