Juan Romero y Leandro Córdoba llevaron a cabo una reunión con la juventud, tambien recordaron el renunciamiento de Evita

Juan Jose Romero y Leandro CordobaLa agrupación peronista “Chubut Para Todos” recuerda un nuevo aniversario de aquel maravilloso gesto de Eva Perón donde renunciaba de manera indeclinable al cargo de candidata a vicepresidenta de la República Argentina. Los militantes Juan Romero y Leandro Córdoba llevaron a cabo una reunión con la juventud de las Unidades Básicas “Madryn para Todos” y “Lealtad Justicialista” a fin de recordar el contexto socio-político en que se dieron los hechos ocurridos del 22 al 31 de agosto de 1951. El 22 de agosto de 1951 el temple de una mujer amada por su pueblo se puso de manifiesto en toda su dimensión. El pueblo se hizo presente en la Plaza de la República, donde se llevaría a cabo el acto convocado por la Confederación General del Trabajo para pedirle a Evita que aceptara la candidatura a la vicepresidencia a fin de proclamar la Fórmula de la Patria Perón-Evita.

Eva Perónen un acto multitudinario, ya con su enfermedad bastante avanzada, tuvo en una verdadera asamblea popularuno de los diálogos más profundos y emotivos con su gente, con sus descamisados.

Mira para un lado y otro la extensa avenida y sólo se ven almas humanas, hombres y mujeres con los brazos en alto que corean su nombre:

 

“Hoy, mi General, en este Cabildo del Justicialismo, el pueblo, como en 1810, preguntó que quería saber de qué se trata. Ese es el pueblo, son las mujeres, los niños, los ancianos, los trabajadores que están presentes porque han tomado el porvenir en sus manos y saben que la justicia y la libertad la impondrán únicamente teniendo al General Perón dirigiendo a la Nación.

Ellos saben bien que antes del General Perón vivían en la esclavitud y por sobre todas las cosas habían perdido las esperanzas de un futuro mejor.

Que fue el General Perón quien dignificó social, moral y espiritualmente. Y saben que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatria todavía no están derrotados. Desde sus guaridas asquerosas atentan contra el pueblo y contra la libertad.

Por eso, porque yo siempre tuve en el General Perón mi maestro y mi amigo y porque él siempre me dio el ejemplo de su lealtad acrisolada y la fe a los trabajadores, es que todos estos años de mi vida he dedicado las noches y los días a atender a los humildes de la patria, sin importarme ni los días ni las noches ni los sacrificios, mientras ellos, los entreguistas, los mediocres y los cobardes, de noche tramaban la intriga y la infamia del día siguiente.

Yo, una humilde mujer, no pensaba en nada ni en nadie, sino en los dolores que tenía que liquidar y consolar en nombre de vos, mi General, porque sé el cariño entrañable que sentías por los descamisados que el 17 de octubre de 1.945 me entregaron la vida, la luz, el alma y el corazón al entregarme al General.

Yo no soy más que una mujer del pueblo argentino. Yo no soy más que una mujer de esta bella patria, pero descamisada de corazón, porque siempre he querido confundirme con los trabajadores, con los ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando codo a codo, corazón a corazón con ellos para lograr que lo quieran más a Perón, y para ser un puente de paz entre el General Perón y los descamisados de la patria.

No me interesó jamás la injuria ni la calumnia cuando se desataron las lenguas contra una débil mujer argentina. Al contrario, me alegré íntimamente porque serví a mi pueblo y a mi General. Yo siempre haré lo que diga el pueblo, pero yo les digo que así como hace cinco años he dicho que prefería ser Evita antes que la mujer del Presidente, si ese Evita era para aliviar algún dolor de mi patria, ahora digo que sigo prefiriendo ser Evita.

Yo, mi General, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados, te proclamo, antes que el pueblo vote el 11 de noviembre, Presidente de todos los argentinos. La Patria está salvada porque la gobierna el General Perón.”

 

Luego de 5 días, Eva Perón anuncio por radio su decisión irrevocable y definitiva de renunciar a la candidatura a vicepresidente, donde anuncia una decisión trascendental en la vida de esta humilde mujer.

“Compañeros: quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto.

Quiero que el pueblo argentino conozca por mí misma, las razones de mi renuncia indeclinable. Declaro que esta determinación surge de lo más íntimo de mi conciencia, y por eso es totalmente libre y tiene toda la fuerza de mi voluntad definitiva. No renuncio a la lucha, ni al trabajo, yo renuncio a los honores.

Por los trabajadores y por los descamisados, seguiré luchando como hasta hoy con el corazón y el pensamiento puesto en el General, que con la grandeza extraordinaria de su alma, supo dejar mi decisión de estos días librada al arbitrio de mi propia conciencia y de mi propia voluntad.

No tengo en estos momentos más que una sola misión: que de mí se diga cuando se escriba el capitulo maravilloso que la historia seguramente le dedicará a Perón, que hubo una mujer que se dedicó a llevarle al presidente las esperanzas del pueblo y a esa mujer el pueblo la llamaba cariñosamente Evita.

Yo no quiero otro honor que este cariño. Estoy segura que el pueblo argentino que me quiere y que me comprende acepta mi decisión porque es irrevocable y nace de mi corazón. Por eso, ella es inquebrantable e indeclinable. Y por eso  me siento inmensamente feliz y a todos les dejo mi corazón.”

Ante este mensaje, “el Consejo Superior del Partido Peronista resuelve: Aceptar como razón de fuerza mayor la voluntad inquebrantable de la señora Eva Perón, señalándola como el más alto gesto de desinterés y abnegación que se haya dado en la historia del pueblo argentino exponiéndola como tal a la consideración del movimiento peronista de la nación entera y de las generaciones futuras.”