¿Murió realmente Butch Cassidy en Bolivia? Un manuscrito hallado en Utah dice que el pistolero volvió a Estados Unidos, donde vivió otros 30 años.

Williams Phillips. Para algunos no sería otro que Butch Cassidy a su regreso a EE. UU.CHEYENNE, Wyoming, EE. UU.- Un coleccionista de libros raros dice que tiene un manuscrito con pruebas de que Butch Cassidy no murió en un tiroteo en Bolivia en 1908 sino que regresó a Estados Unidos y vivió apaciblemente en Washington por casi tres décadas.

El manuscrito, «Bandido invincible: La historian de Butch Cassidy» (Bandit Invincible: The Story of Butch Cassidy) data de 1934. Tiene 200 páginas, el doble que una novela del mismo título de William T. Phillips que no llegó a ser publicada. Phillips falleció en 1937. El coleccionista de libros de Utah Brent Hayworth y el escritor de Montana Larry Pinter dicen que el texto aporta las mejores pruebas que se conocen, con detalles que sólo Cassidy sabía, de que el «Bandido invencible» fue una autobiografía y de que Phillips no era otro que el famoso pistolero. No todos están convencidos, sin embargo. «Puro cuento», comentó Dan Buck, un historiador especializado en Cassidy. «No tiene nada que ver con la vida real de Butch Cassidy ni con lo que se sabe de su vida». Los historiadores tienden a coincidir en que el nombre verdadero de Cassidy fue Robert LeRoy Parker y que nació en 1866 en Beaver, Utah, el mayor de 13 hijos de una familia mormona. Robó su primer banco en 1889 en Telluride, Colorado, y se unió a un grupo de ladrones de ganado que se escondían en un aislado paraje llamado The Hole in the Wall, al norte de Wyoming. Desapareció de la zona antes de que los ganaderos lanzaran una guerra total contra los ladrones en 1892. Cassidy pasó un año y medio en una cárcel de Laramie tras ser pillado con tres caballos robados y dedicó los siguientes 20 años a robar bancos y trenes con la pandilla «Wild Bunch» en el Oeste de Estados Unidos y en Sudamérica. El autor de «Bandido invencible» sostiene que conoció a Cassidy desde la niñez y que nunca se topó con «una persona más valiente y con mejor corazón». Admite haber cambiado nombres de personas y lugares. Pero algunas de sus descripciones encajan demasiado bien con lo que se sabe de la vida de Cassidy como para que aludan a otra persona, según Ashworth, propietario de B. Ashworth’s Rare Books and Collectibles en Provo. Una de esas descripciones alude a una visita de un juez a la cárcel para hablar con Cassidy en febrero de 1895. El juez ofreció dejar atrás el pasado y solicitar al gobernador un perdón para Cassidy. Cassidy se negó a estrecharle la mano. «Le debo decir que ajustaré cuentas con usted, por más que sea lo último que hago», respondió Cassidy, según Phillips. Los archivos oficiales del estado de Wyoming tienen una carta que escribió el juez que sentenció a Cassidy en 1895. La carta cuenta que Cassidy parecía muy resentido y no aceptó «propuestas amistosas» de otro juez, Jay Torrey, que visitó al bandido en la prisión. Cassidy había demandado a Torrey dos años atrás por llevarse ocho cabezas de ganado suyas, según Pointer. «Lo que me llama la atención es que es un dato medio irrelevante», comentó Pointer. «¿Quién se puede acordar de un detalle como ese, de que le ofrecieron estrechar la mano y él se negó en una cárcel de Wyoming en 1895?». El gobernador William Richards perdonó a Cassidy en 1896. En 1991 Buck y su esposa, Anne Meadows, ayudaron a excavar una tumba en la localidad boliviana de San Vicente donde supuestamente estaban los restos de Cassidy y su compañero de andanzas, Harry Longabaugh, o el Sundance Kid. Análisis de ADN indicaron que los huesos no eran los de los dos bandidos estadounidenses. Hay numerosas historias de que Sundance fue visto vivo mucho después de la aventura sudamericana. Y más todavía que dicen que Cassidy también sobrevivió. Un hermano y una hermana de Cassidy aseguraron que lo visitaron en un rancho de la familia cerca de Circleville, Utah, en 1925. «La mayoría de la gente que estuvo allí creía que era él que había vuelto», dijo Bill Betenson, quien recuerda que su bisabuela Lula Parker Betenson siempre hablaba de la visita de un individuo que identificó como su hermano Cassidy. El manuscrito tiene un final de Hollywood. Acorralados por soldados bolivianos cuando intentaron robar un tren, Butch y Sundance deciden hacerles frente. Sundance muere en la batalla y Butch escapa. Se va a Europa, se somete a una cirugía plástica en París y planea regresar a Estados Unidos para reunirse con una vieja novia en Wyoming. Ed. Impresa