RETRATO DE UN CURA DEL TERCER MUNDO

A 37 años del asesinato de Carlos Mugica, el sacerdote que no dudo en dar su vida por los más pobres. Hace 37 años, el 11 de mayo de 1974, moría el Padre Carlos Mugica. Nacido en Libra, como Perón, el 7 de octubre de 1930, Carlos Francisco Sergio Echagüe nació en Buenos Aires, y fue el tercero de los siete hijos del matrimonio formado por Adolfo Mugica (diputado conservador 1938-1942 y ministro de Relaciones Exteriores del presidente Arturo Frondizi en 1961) y Carmen Echagüe, hija de terratenientes adinerados de Buenos Aires.

Carlos fue el único hijo que no estudió en un colegio religioso. Hizo el primario en una escuela de Libertad y Quintana; el secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires. El mundo de los pobres le era totalmente desconocido, en su niñez y adolescencia. En 1949 comenzó los estudios de Derecho (cursó dos años). En 1950, con motivo del Año Santo, viajó con varios sacerdotes y con su amigo Alejandro Mayol (recientemente fallecido) a Europa, y allí maduró su idea de entrar en el seminario, lo que hará a los 21 años, en marzo de 1952. Tras ocho años de estudio, Mugica fue ordenado sacerdote, el 21 de marzo de 1959. Pero ya antes, a fines de 1954, había comenzado a colaborar pastoralmente con el padre Iriarte en las misiones a los conventillos de la Parroquia Santa Rosa de Lima. El Padre Carlos Mugica fue crítico del gobierno radical de Illia y empezó a tener problemas entre la feligresía del Socorro, que consideraba que se metía demasiado en política peronista. Esto motivó que muchas personas pidieran el traslado del padre Carlos. Decía Mugica: “Creo que la misión del sacerdote es evangelizar a los pobres e interpelar a los ricos. Y bueno, llega un momento en que los ricos no quieren que se les predique más, como sucedió en el Socorro cuando me echaron porque las “señoras gordas” le fueron a decir al párroco que yo hacía política en las misas”. En la Facultad de Derecho, fue notable su enfrentamiento con el entonces titular de Derecho Agrario, José Alfredo Martínez de Hoz, por la redistribución de la renta agraria. La familia de Martínez de Hoz fue la fundadora de la Sociedad Rural y tiene actualmente más de 2 millones de hectáreas, evadiendo impuestos por sumas millonarias. Estando en París, Mugica conoció por carta el nacimiento del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo y envió su adhesión incondicional. Luego inició su colaboración en el Equipo Intervillas, fundado el 2 de agosto de 1968 gracias a la dedicación de Jorge Goñi, también cura villero. Mugica vuelve a la Argentina a un mes de clausurado el encuentro episcopal de Medellín. Con la ayuda económica de su hermano Alejandro, levantó un salón multiuso, para desarrollar actividades sociales. Así, en el Barrio Comunicaciones se iba levantando la Capilla Cristo Obrero, donde iba a ejercer su máxima actividad pastoral entre los que llamó “mis hermanos villeros”. El 27 de diciembre de 1970, se inauguró la Capilla Cristo Obrero. El padre Carlos, sin embargo, solía dormir por las noches en su domicilio en la calle Gelly y Obes, en un cuartito en el último piso. En plena dictadura de Lanusse en 1971, una bomba estalló en su domicilio, pero aunque la bomba afectó edificios y automóviles nadie resultó herido. Carlos Mugica participó del regreso del general Perón a la Argentina tras 18 años de exilio. Viajó junto con el padre Vernaza en el avión chárter que fue a buscar al líder en 1972, lo que acrecentó sus distancias con el arzobispo Aramburu. En su lugar de trabajo, la Villa Comunicaciones (actual Villa 31 de Retiro), Mugica redobló sus trabajos en favor de los villeros. La Capilla sería visitada por personajes conocidos con quienes programó eventos solidarios. Acudió a la Villa 31 el general Perón, el 6 de diciembre de 1972, tras su triunfal regreso. También visitó el lugar el presidente Héctor Cámpora, recién elegido primer mandatario del país, por la proscripción de Juan Domingo Perón. Con el peronismo gobernando, Mugica aceptó ser nombrado asesor (sin remuneración) del Ministerio de Bienestar Social, pero poco después, se desvinculó públicamente de este cargo, por discrepancias con el titular del mismo, José López Rega. El 11 sábado de mayo de 1974, a las 20:15, y cuando Mugica se disponía a subirse a su Renault 4-L azul, matrícula C-542119, estacionado junto a la Iglesia de San Francisco Solano, en la calle Zelada 4771, donde había celebrado misa, fue tiroteado por un individuo con bigotes achinados, que se bajó de un coche estacionado muy cerca. Este personaje sería el subcomisario Rodolfo Eduardo Almirón, jefe de la Triple A (fue extraditado por la justicia española y procesado, murió antes de ser condenado) luego jefe de custodia de Manuel Fraga Iribarne, en España. Cinco disparos de ametralladora Ingram M-10, le afectaron el abdomen y el pulmón. El tiro de gracia lo recibió en la espalda. Dos horas más tarde en el Hospital Salaberry el corazón del padre Mugica dejó de latir. A los 43 años el padre Carlos Mugica había ofrendado su vida por los más pobres. El entierro fue una multitudinaria manifestación. Sus villeros, a los que tanto quería, lo llevaron en hombros hasta el Cementerio de La Recoleta, en pleno corazón del Barrio Norte. La presidenta Cristina Kirchner dijo en la Villa 31, el 1 de mayo de 2010, “Mugica dio la vida por los pobres, pero hay quienes se la quitaron”, y en un mensaje por carta a los trabajadores el 1 de mayo de 2011 manifestó, “mientras haya un solo pobre, mientras haya alguien al que le falte trabajo o un salario digno, la tarea que él (Néstor Kirchner) empezó estará inconclusa”. La sangre generosa y mártir del padre Carlos Mugica nos convoca a formar parte de esta patriada: “Por siempre Néstor. Fuerza Cristina, Presidenta 2011”. Jornada.