EL DRAMA DE LAS ADICCIONES: UNA CUENTA PENDIENTE

El miércoles 18 a las 18 se llevará a cabo en la Legislatura porteña la charla debate “Políticas públicas en adicciones, asignaturas pendientes”. La diputada porteña Diana Maffía estará al frente de una charla donde se debatirá sobre las políticas públicas a realizar en el marco de la problemática de las adicciones. Así, el próximo 18 de mayo disertarán la senadora y candidata a Jefa de

Gobierno por la Coalición Cívica María Eugenia Estenssoro, el diputado Fernando Sánchez y la diputada Diana Maffía.  La cita es en la planta principal del Salón Intersecretarías de la Legislatura porteña-Perú 160-, y estará apoyada por la Unidad de Seguimiento de Políticas Públicas en Adicciones. La adicción a la etimología fantástica

Por Lucila Castro, LA NACION: agosto de 2009, Leo en la nota «La mujer que entró y salió del infierno», del sábado 25 de julio: «?aprendió a pensar su problema en voz alta. Adicto significa ?el que se quedó sin palabras´». Cualquiera que lea esto creerá que basta con separar en sílabas las palabras para saber su significado. Si bien neg/ocio puede significar negar el ocio, a/dicto no creo que signifique quedarse mudo. En ese caso, a/nona/dado vendría a ser un niño que se dio para que lo criase la abuela. Adicción significa hábito, afición desmedida, dedicación o dominación por el uso de droga, alcohol o juego. Eso es un adicto según la Real Academia Española», escribe el doctor Elías Baracat, médico.  Esa etimología es, como bien observa el lector, errónea. Circula desde hace un tiempo entre ciertos psicoanalistas y psicólogos que, muy dados (o adictos) a esos juegos verbales y no contentos con haber inventado que adolescente viene de dolor , han inventado ahora que un adicto es, etimológicamente, una persona sin palabras. Explican la voz adicto como formada con el prefijo privativo a- y dictum , ?dicho, palabra´. No toman en cuenta, o no saben, esos imaginativos etimologistas que el prefijo privativo a- es de origen griego y la palabra dictum es latina. Si bien hoy en día ese prefijo está establecido como prefijo español y teóricamente es posible crear un neologismo uniéndolo a una raíz de otro origen, la palabra adicto es antigua y no puede ser un híbrido de ese tipo. Tampoco toman en cuenta los inventores de etimologías que, en las lenguas que conservan consonantes geminadas, esa palabra se escribe con doble d (por ejemplo, en inglés addict ), lo cual muestra que el prefijo original no es a- , sino ad- , que sí es un prefijo latino que indica, en este caso, acercamiento. Y tampoco toman en cuenta que adicto es una palabra antigua, que existía mucho antes de que se hablara de adicciones (palabra nueva) o de drogadictos (palabra más nueva todavía, del inglés drug addict ). Adicto significaba, y significa todavía, ?dedicado, muy inclinado, apegado´. Uno podía, y puede todavía, ser adicto a los deportes o a las novelas de caballerías, a un dirigente político o a una ideología, sin que esa afición o adhesión fuera necesariamente enfermiza o compulsiva. Pero si hoy en día uno dice, por ejemplo, que es adicto a las frutillas con crema, suele entenderse que está usando figuradamente un tecnicismo, que está confesando que para él las frutillas con crema son como una droga de la que no puede abstenerse, cuando en realidad el camino que siguió el significado de la palabra es el inverso: su acepción como tecnicismo proviene de su sentido general. Y si uno es adicto a las frutillas con crema, no es porque no pueda expresar con palabras un conflicto profundo, sino porque las frutillas con crema son muy ricas.

ADICTO: La palabra adicto viene del latín addictus , participio perfecto pasivo del verbo addicere (de ad ?a, hacia, para´ + dicere , ?decir´). Este verbo significa ?asignar, adjudicar´, ?entregar´ o ?dedicar´. Como reflexivo o en pasiva, significa ?apegarse o adherir a una persona, una opinión, etcétera´. De modo que, por su etimología, adicto es, simplemente, ?apegado´.

Tejidos sintéticos: Escribe Santiago Martín Lorda: «Siempre me llamaron la atención las palabras lycra y nylon. La primera generalmente se pronuncia licra , y la segunda, nailon . Si bien es cierto que son palabras inglesas, ¿cuál sería la correcta pronunciación?». La palabra nylon está hispanizada como nailon , forma mayoritaria, o nilón , que se usa en Estados Unidos y Puerto Rico. Lycra figura en el Diccionario de la Real Academia Española como palabra extranjera, pero para la próxima edición está acordada la inclusión de la forma hispanizada licra . En la Argentina, se pronuncia así o con diptongo, como en inglés.

El poder, cualquier poder: «En la nota «La SIDE presentó dos querellas contra LA NACION», del lunes 3, se lee: «?muchas veces se lo vinculó al poder que está, sea este cual fuere». Hay dos formas correctas de decirlo: «sea este cual fuera» o «será este cual fuere». La que se usó es incorrecta», escribe Carlos E. Shmerkin. En relación con está, la construcción sea cual fuere es correcta, pero anticuada. El futuro de subjuntivo (fuere) prácticamente ha caído en desuso. De las alternativas que propone el lector, será cual fuere quizá pueda ser correcta en algún otro contexto, pero no en este, en que el primer verbo debe ir en subjuntivo, y sea cual fuera es siempre incorrecta, pues el imperfecto de subjuntivo ( fuera ) no puede estar en relación con un presente ( sea ). Fuera no reemplaza nunca a fuere. En el español actual, el futuro de subjuntivo se reemplaza normalmente por presente de subjuntivo (sea), excepto en las proposiciones condicionales de si, que lo sustituyen por presente de indicativo. En el caso citado, la alternativa correcta es el poder que está, sea este cual sea. Pero esa alternativa no es obligatoria. Un autor arcaizante puede, si así le gusta, conservar el futuro de subjuntivo y construir el poder que está, sea este cual fuere. El problema aquí es que el presente está es incorrecto, pues no guarda la debida relación con el pasado vinculó: lo correcto sería decir que muchas veces se lo vinculó al poder que estaba. Posiblemente el autor no haya querido usar el imperfecto estaba porque su intención era decir que a ese juez se lo había vinculado al poder en el pasado y se lo seguía vinculando en el presente. Pero la solución que encontró no es gramaticalmente correcta. Para eso, hubiera sido preferible que no usara ningún verbo y que dijera, por ejemplo, el poder del momento o el poder de turno. Sea como sea (o sea como fuere, para los que gustan de las construcciones anticuadas), los restantes verbos de la oración deben ponerse en relación con el verbo principal, vinculó, que está en pasado. Entonces, los presentes de subjuntivo pasan a imperfecto del subjuntivo. Debió haberse escrito: «?muchas veces se lo vinculó al poder de turno, fuera este cual fuera». Anécdotas apócrifas: Escribe Severo Sica: «El 9 de julio, en la sección «Allegro», que aparece en Espectáculos, el autor atribuyó a Rossini un juicio irónico sobre Lohengrin después de haber asistido a una representación de la ópera de Wagner en París. Pero ocurre que Lohengrin se estrenó en París en 1887 y Rossini murió en 1868. Errores como este, frecuentes en esa sección, sugieren que el autor se documente mejor antes de mencionar esas anécdotas apócrifas, y que el jefe ejerza un mayor control sobre lo que se escribe en sus páginas».