¿LOS METEORITOS SEMBRARON LA VIDA EN LA TIERRA?

El análisis de un meteorito hallado en la Antártida ofrece nuevos argumentos para la hipótesis de que estos cuerpos celestes jugaron un papel clave en el desarrollo de la vida en la Tierra.  Los investigadores, dirigidos por Sandra Pizzarello, de la Universidad del Estado de Arizona (EE UU), recopilaron polvo del meteorito Grave Nunataks 95229 (hallado en 1995) y lo trataron con agua a alta temperatura y presión.

 De este modo comprobaron que emitía al agua circundante amonio (NH4),  un importante precursor de las moléculas biológicas complejas como los aminoácidos y el ADN. A continuación analizaron los átomos de nitrógeno dentro del amonio y determinaron que el isótopo atómico no se correspondía con los descubiertos en la Tierra en el presente, lo que sugiere que el amoniaco no procedía de una contaminación terrestre. “Dado que los meteoritos y cometas alcanzaron la Tierra desde que se formó, el influjo exógeno de estos cuerpos pudo proporcionar el material orgánico necesario para que surgiera la vida”, concluyen los autores en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).