Obnubilados por los hermosos colores de las tarjetas de las obras sociales nos olvidamos de nuestro querido Dr. Isola

LA JOYA INADVERTIDA DE MARCELO OJEDA

Entré de día. Atravesé el largo camino que comunica a la guardia con la escalera que te conduce al primer piso. Luego de saludar y pedir permiso al guardia me dispuse a subir las escaleras de dos brazos que me depositó en un hall que hace de punto de encuentro a los diferentes sectores. Desalentado tome hacia la izquierda y dejando atrás la luminosidad que le regalan los grandes ventanales al hall camine lentamente por un pasillo en el que desfilaban enfermeros, personal de limpieza y doctores. Desemboqué en una puerta doble, arriba un cartel; pediatría. Me sumergí por unos minutos en ese mundo de dolor, ese mundo alejado de todo. Un corredor con ocho habitaciones si mal no recuerdo, nueve me confirman ahora. Solo el eco de mis pisadas primero, un concierto de quejidos y llantos después, un solo deseo, que no sea mi niño uno de los coristas. Ese lamento ensordecedor. Provoca el estremecimiento de las tripas que luego trepa al pecho y termina en los ojos que se te humedecen sin darte cuenta. Ese pequeño angelito enredado en mangueras que no tiene fuerzas para siquiera mirarme. La impotencia hecha realidad, solo esperar; paciencia. Esas madres encorvadas en las sillas, cabeceando, luchando contra el cansancio y el sueño. Ellas tienen una sola ilusión. Ver a su hijito reír, verlo inflar los cachetitos de alegría y ver nuevamente esa chispa en sus ojitos. Por eso, muchas veces obnubilados por los hermosos colores de las tarjetas de las obras sociales nos olvidamos de nuestro querido Dr. Isola. Pero cuando lo necesitamos, siempre esta, como esos buenos amigos. El hospital público de Puerto Madryn es el refugio fabuloso de quienes tienen y no, obra social. Sus ventajas son la atención las 24 hs en casi todas las áreas, la excelente atención repito, la limpieza, la calidez de las personas; tanto profesionales, enfermeros y la gente de limpieza, mantenimiento y seguridad. No hay que dejar de destacar el servicio en internación (la comida es excelente). Además cuentan con dos principios elementales, orden y disciplina.