Sabíamos de San Martín y Belgrano nuestros padres de la Patria, pero no de la mujer que debió encarnar el status de Madre de la Patria

CAPITANA Y MADRE DE LA PATRIA

Leyendo el fascículo X de la colección biográfica dirigida por Jorge Lanata y Guillermo Alfieri supe de la existencia de nuestra heroína María Remedios Del Valle Capitana del Ejército y Madre de la Patria. Para no olvidarme quise expresarme con la palabra escrita siguiendo casi a pie juntillas el relato de los autores del fascículo precitado. Sabíamos del grado de patriotismo desplegado por San Martín y Belgrano nuestros padres de la Patria pero no de la mujer que por merecimiento debió desde siempre encarnar el status de Madre de la Patria. Las plumas de nuestros historiadores no reflejaron en su verdadera dimensión la tarea desarrollada por quien en vida fuera madre y soldado, mujer benemérita y pobre. Participó activamente en la defensa de la patria durante las invasiones inglesas y posteriormente junto a su marido y sus dos hijos se alistaron en el Ejército auxiliar del Norte. El 23 de setiembre de 1812 previo a la batalla de Tucumán le suplicó al General Belgrano que la dejara asistir a los soldados heridos y pese a la negativa actuó en la retaguardia desafiando las órdenes recibidas. María Remedios perdió al esposo e hijos en el campo de batalla y pese a ello, se destacó en las batallas de Salta, Vilcapugio y Ayohuma. Fue capturada por el enemigo y azotada en público durante nueve días, sobrevivió al castigo y jamás perdió el valor y el entusiasmo para luchar contra los conquistadores. Eran tiempos en que nobles y bellas mujeres pudientes practicaban el hobby de donar fusiles pero nuestra heroína se destacó por empuñarlos y luchar a la par de nuestros valientes soldados. Como dice Lanata eran tiempos en que desahogaban el patriotismo a través de las donaciones de armas y pedían que sus nombres se grabaran en el fusil que costeaban. Luego del triunfo de la Revolución, nuestra heroína desapareció y con 60 años a cuestas se dedicó a vender pastelitos en la Recova, con muchas arrugas y la pobreza a flor de piel. Fue reconocida por el General Juan José Viamonte quien a viva voz exclamó ¡pero si es la Capitana, la Madre de la Patria!, y viendo en el estado que se encontraba le recomendó que haga un pedido de pensión para dejar de madrugar. María Remedios presentó su pedido el 11 de Octubre de 1827 y en 1828 le otorgaron una pensión de 30 $ es decir un peso por día que no alcanzaba siquiera para lo mínimo indispensable. En el tratamiento parlamentario de la petición el General Viamonte en su condición de diputado explicó que esa mujer era conocida por su coraje sea curando heridos bien empuñando el fusil, tomando parte en todas las acciones bélicas y competía con el soldado más valiente y el título de Capitana del Ejército se lo dio el General Belgrano. En el diario de sesiones N° 115 de la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires, un parlamentario dijo: “yo no conozco a esta infeliz mujer que está en un estado de mendiguez y esto es una vergüenza para nosotros. Ella es una heroína y si no fuera por su condición, ella se habría hecho célebre en todo el mundo, sirvió a la nación pero también a la Provincia de Buenos Aires, empuñando el fusil, y atendiendo y asistiendo a los soldados enfermos”. María Remedios del Valle murió el 8 de noviembre de 1847 y la Argentina sigue con sus dos padres. De la Madre de la Patria no hay siquiera un retrato. Ni una ilustración. Los datos fueron tomados de la obra publicada por Lanata y Alfieri. Agradezco la difusión que pone de relieve el desconocimiento que se tiene sobre la historia real alejada sobremanera de la historia oficial. Hasta la próxima. El croata historiador.