Es vivificante saludar en la ruta a nuestros hombres de campo. Contestan con esa cordialidad que los distingue

EL SALUDO

Saludar es estimulante. Una ida y vuelta reconfortante. Muestra de humanidad. Es decirle al otro te reconozco. A veces con tono efusivo. Otras con menos fervor. Nos hace bien. Puede ser con palabras. También con gestos. Entiendo que representa el respeto por el otro. Parece un acto de menor cuantía. Por el contrario es significativo. Debemos recuperar esa capacidad de saludar. El crecimiento poblacional nos hace perder formas de ser, que ayudan a la convivencia. Es vivificante saludar en la ruta a nuestros hombres de campo. Contestan con esa cordialidad que los distingue. La modernidad y su conexión con el mundo tienen sus implicancias negativas. No hay nada mejor que estar en contacto con nuestros semejantes de carne y hueso. Los de todos los días. Pareciera que olvidarse un cachito de las tres pantallas nos haría mejor a todos. Menos T.V., INTERNET y CELULAR. En el camino de la vida, saludar fortalece la vida comunitaria.